Recetas express : Salsa cremosa y sabrosa: de salsa de ajo infalible

Ingredientes
4 dientes de ajo grandes, 100 ml de leche (puede ser vegetal), 200 ml de aceite neutro, 1 cucharada de jugo de limón o vinagre blanco, sal a gusto, pimienta (opcional).


Pela los dientes de ajo con cuidado, quitando la piel por completo. Si deseas un sabor más suave, puedes retirar el brote interno (el corazón verde) de cada diente, ya que suele ser más intenso y puede generar un sabor amargo o fuerte en la mezcla final.
Selecciona un aceite neutro, como aceite de girasol, canola o maíz. Evita los aceites con sabor muy marcado, como el de oliva extra virgen, ya que puede opacar el sabor del ajo o provocar una textura demasiado densa en la emulsión.
Introduce en el vaso de una licuadora de mano (o en el recipiente de una licuadora común) los dientes de ajo pelados, la leche, el jugo de limón o vinagre y una pizca de sal. Si te gusta el sabor ligeramente picante, también puedes añadir una pizca de pimienta blanca o negra.
Con todos los ingredientes base en el recipiente, comienza a procesar con la licuadora. Hazlo a velocidad baja o media para que se integren bien y se deshagan los trozos de ajo. Asegúrate de que la mezcla esté completamente homogénea antes de avanzar al siguiente paso.
Sin dejar de licuar, comienza a incorporar el aceite en forma de hilo fino y constante. Este paso es clave para que la mezcla emulsione y adquiera una textura cremosa. Verás cómo, poco a poco, la mezcla se vuelve más espesa, blanca y uniforme. Si usas una licuadora de mano, mantenla fija al fondo al principio, y luego muévela suavemente hacia arriba para integrar bien.
Una vez que la salsa esté lista, pruébala y ajusta la sal o el jugo de limón si es necesario. Si te parece muy espesa, puedes agregar una cucharada más de leche y licuar unos segundos. Si prefieres una textura más líquida, aumenta la cantidad de líquido poco a poco hasta lograr el punto deseado.
Guarda la salsa de ajo en un frasco de vidrio limpio con tapa. Puede conservarse en la heladera durante 5 a 7 días. Se recomienda no dejarla fuera del refrigerador por mucho tiempo, ya que no contiene conservantes.

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